Shirley Chisholm: Campeona De La Política De Poder Feminista Negra

Por Juan Moreno Haines

Las mujeres recientemente elegidas en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, conocidas como "The Squad" (El Escuadrón), son beneficiarias de Shirley Chisholm, la primera mujer negra elegida para la Cámara.

Ayanna Pressley, miembro del concejo municipal de Boston, ganó su escaño al derrotar al titular demócrata; Ilhan Omar, de Minneapolis, emigró de Somalia cuando era niña; Rashida Tlaib, quien ganó el escaño de Detroit de John Conyers después de su retiro en 2017 debido a acusaciones de conducta sexual inapropiada; y Alexandria Ocasio-Cortez ganó una victoria sorpresiva sobre el titular en el Bronx.

Kamala Harris, quien se postuló para la nominación demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos en 2020, obtuvo la Vicepresidencia.

Estos logros siguen la valiente y audaz historia legislativa de Chisholm en la lucha por un mayor financiamiento para la atención médica, la educación, la vivienda de los pobres y salarios más altos para la clase trabajadora.

Las mujeres que conforman "The Squad" hacen eco de la agenda legislativa de Chisholm.

Sin embargo, el 3 de enero, cuando 535 legisladores llegaron a Washington, D.C., para el 118º Congreso, las mujeres ocupaban solo 149 escaños, por lo que la igualdad de género quedaba corta.

Un punto de inflexión histórico para las mujeres en la política ocurrió en una noche calurosa y húmeda en Miami, Florida.

El 12 de julio de 1972, en la Convención Nacional Demócrata, Chisholm se convirtió en la primera persona negra y la primera mujer en postularse para la nominación a la Presidencia de los Estados Unidos por un importante partido político.

Pero los historiadores han pasado por alto la historia de vida de Chisholm. Los únicos relatos escritos de su vida se encuentran en sus memorias, "Unbought and Unbossed" (Sin comprar y sin jefes) y "The Good Fight" (La buena lucha).

Por esa razón, Anastasia C. Curwood, profesora asociada de historia de la Universidad de Kentucky, dedicó 15 años a investigar y estudiar la vida de una feminista negra cuyo eslogan distintivo, "Sin comprar y sin jefes", implica que es una "guerrera independiente, con principios y valiente".

"Me encontré con Shirley Chisholm por primera vez cuando era niña, en la colección de fotos de mi propia familia. Allí, en blanco y negro con versiones más jóvenes de mis padres, había una mujer elegante de piel oscura con una sonrisa amplia y contagiosa. Al confundirla con la hermana de mi padre, él me corrigió: 'Ella es Shirley Chisholm. Se postuló para presidenta y cuando crezcas, tú también podrás hacerlo'", reconoce Curwood en "Shirley Chisholm: Campeona de la Política de Poder Feminista Negra"

Curwood narra la historia de la hija de padres inmigrantes que maduró como feminista negra y defensora de la igualdad.

Mientras estaba en la escuela secundaria, Chisholm se unió a la Sociedad Harriet Tubman. Los miembros celebraban foros para debatir sobre raza y política.

A medida que navegaba por la vida, se dio cuenta de que "el racismo es tan universal en este país, tan extendido y arraigado, que es invisible porque es tan normal".

Sin embargo, su carrera política refleja una pasión por la equidad, con astucia, determinación y una actitud desafiante ante el panorama político dominado por hombres.

Desde temprana edad, aprendió que tener más influencia implicaba construir coaliciones de comunidades y religiones diversas.

Mientras crecía en Brooklyn, se sentaba con su madre y sus vecinos judíos en los parques, "a veces riendo juntos por chistes compartidos". A medida que ascendía en la política, su fluidez en español le daba la capacidad de conectar con las comunidades latinas.

Cuando Chisholm se convirtió en la primera mujer en el Caucus Negro del Congreso, recibió una bienvenida tibia.

Los colegas de Chisholm en el CBC la veían como una mujer fuera de lugar, se quejaban de que "quiere saberlo todo" y de que tenía "demasiado apoyo al feminismo y no suficiente enfoque en los problemas de los negros".

Sin embargo, Parren Mitchell, Ron Dellums y, en ocasiones, John Conyers se acercaron a ella. La investigación de Curwood muestra que Dellums hizo todo lo posible para que otros miembros del Congreso comprendieran lo que estaba en juego. Sin embargo, Chisholm descubrió que el patriarcado la obstaculizaba, por lo que el apoyo de Dellums tuvo poco efecto.

"Es algo que nunca olvidaré mientras viva: cómo esta cuestión de ser mujer obstaculizó todo. Utilizaron tantas estrategias para detenerme, pero nada me detuvo", explicaría Chisholm más tarde.

Chisholm atribuye su inclinación por desafiar a los poderosos a dos citas. "El poder no concede nada sin una demanda", toma de los escritos de Frederick Douglass. Y se le atribuye decir: "Si no te dan un asiento en la mesa, lleva una silla plegable".


Juan Moreno Haines es un periodista encarcelado en la Prisión Estatal de San Quentin; editor senior del galardonado San Quentin News; y miembro de la Sociedad de Periodistas Profesionales, donde recibió el premio Silver Heart Award en 2017 por ser "una voz para los que no tienen voz".